sábado, 6 de marzo de 2010

"Action Painting" en Barranco

"¡Detrás de tus desvíos todo el año es Carnaval!"
Fragmento de "Siga el Corso" de Carlos Gardel

En la realidad nacional ocurren una serie de sucesos a los que uno como ciudadano, normalmente es muy ajeno, en vista a que la vida diaria avanza a 100 kilómetros por hora y como individuos, no nos detenemos a ver, siquiera de lejos, esos acontecimientos cotidianos que plagan nuestra emergente realidad limeña, la semana pasada se realizo el ahora tristemente célebre "Carnaval de Barranco 2010", un pintoresco pasacalle al ritmo de tambores, con olor a marihuana y sabor a cebada, una excusa mas para salir de casa y festejar nada, un acontecimiento divertido y faltoso propicio a ofuscado algo más que los humos en el cultural (o más bien culturoso) distrito costeño. Aquí mi experiencia en esta "Fiesta Pagana".

Sábado Veintisiete de Febrero y el tradicional carnaval nuevamente se realiza. Es la primera vez que asisto y ya he recibido buenos comentarios respecto a esta festividad, pues el año pasado Chicho y Andrea, buenos amigos míos, habían asistido y definitivamente habían disfrutado la velada y así como ellos, varias personas me habían hablado muy bien del festín que año a año recibe gente de todo Lima, gente bohemia, gente no tan bohemia, gente muy figureti y un grupo de payasos que aprovechan la oportunidad para hacer su fin de semana, yo por mi parte no quería este año ser indiferente, ante tan buenas nuevas que corrían por mis oídos acerca del dichoso evento.- anhelo liliputiense de sentirme como en Río o en New Orleans, capitales globales de la festividad carnavalesca. Contra viento y marea, yo tenía que ir este año y saber cómo era Barranco a fines de Febrero.

Acostumbrado a esas reuniones y fiestitas acartonadas decidí finalmente asistir, buscando intercalar un poco con otro ambiente. La semana que se aproximaba era de exámenes finales, pero aun así hice caso a Piero, que junto con Jose fueron muy considerados en tomarme en cuenta para asistir con ellos. La cita era en la tradicional calle Cajamarca, corazón del carnaval y una acera simbólica Barranquina, el clásico Triangulito me esperaba, para disfrutar de una tarde acompañando la fiesta hasta la caleta de pescadores del distrito, como yo tenía entendido después de haber visto unas fotos del año pasado, tremendo ensarte me di cuando me entere en el camino que todo se desarrollaría en la calle antes mencionada, sin paseo, sin caminata, sin festividad móvil, aun así continué por mi ruta en la búsqueda del jolgorio. Piero y Jose me habían citado como a golpe de cinco de la tarde, yo haciendo gala nuevamente de mi impuntualidad, ese mal habito que me acompaña desde siempre, llegue a las siete y media de la noche solo, tarde y extremadamente limpio, craso error y manifiesta inexperiencia en estos menesteres.

Llegue a Cajamarca con Bolognesi, desorientado y sin la mas mínima idea si bajar o subir por las incontables cuadras, sin sentido de la dirección y sin ninguna señal del carnaval mas que los pocos ebrios pintados que caminaban tambaleándose por la zona; Fue media hora de caminata sin rumbo yendo y viendo de un lado a otro sin saber a donde ir, llamando incesantemente a Piero, que comprensiblemente por el brutal ruido de los tambores no me escuchaba bien, tambores que yo no oía a la distancia por el efecto absorbente del sonido que tienen las cosas y las personas. Finalmente pregunte a un grupo de extraños pintados, cuatro en total entre hombres y mujeres, que entre la efervescencia del alcohol, me invitaron a unirme a su mancha, a fin de llegar al carnaval; Ellos a seguirla y yo buscando salir de mi confusión Barranquina. En ese lapso pude conocer muy vagamente a dos chicas de este extravagante grupo, compuesto por un metalero, una alumna de Sociología, una frustrada pintora a punto de empezar a estudiar Comunicaciones en la Universidad San Martín de Porras, y un proactivo.- como se hacía llamar el cuarto miembro de este grupo. Las dos jóvenes fueron particularmente amables conmigo y si algún día leen esto y me recuerdan, se los agradezco, pues me llevaron de buena fe a mi destino y eso fue un acto que pocos extraños harían sin sacar provecho. Llegamos los cinco, ellos y yo, yo y ellos, ya lo mismo daba, estábamos ahí, en el carnaval, intempestivamente nos separamos sin decirnos adiós y sin saber los nombres, siquiera yo, de alguna de ellas; Había llegado al fin.

Barranco me recibió con tambores agua sucia regada por la calzada y mucha alegría de por medio, Piero y Jose me encontraron minutos después, un poco asustado por mi soledad ante tanta gente y sin conocer a nadie, me incorpore por unos minutos a la fiesta, un poco incomodo por mis vestigios que no eran propios para la ocasión, pues iban a ser sacrificados en este ritual sodomita que resultaba ser el carnaval, a esto, la idea de ver a tanta gente frente a una Iglesia, a un personaje pasado de copas bailando en ropa interior con el cuerpo pintado, y a cientos bañados en cerveza, me resultaba algo más que excesiva; sin pecar de puritano me puse por un minuto en el lugar de los vecinos, pero luego esta idea se disipo de mi mente, al lógicamente pensar que los comunos habían dado consentimiento para esta celebración y por ende no había algún inconveniente en armar la fiesta Romana, menuda inocencia la mía.

Poco rato después me retire con mis amigos, ellos por supuesto más pintados que yo. Dentro de todo debo decir que salí bien librado, salí casi reluciente de la boca del lobo, aun cuando sabía que si bien no estaba muy embarrado, el sacrificio igualmente iba a ser todo lo que tenia puesto. Es así que termino sin pena ni gloria mi asistencia al carnaval de Barranco, un poco decepcionado del ambiente, de mi mismo por mi impuntualidad, de la mala vecindad y de la buena vecindad, de hecho había quedado un sabor a hiel, impropio al contexto; irremediablemente días después seria, como todos, testigo del bolondrón de la fiesta de este año, "batalla campal" que por desconocimiento de causa no me entere el mismo día y del cual no participe por esas cosas que a uno lo hace retirarse en el instante preciso, esas extrañas fuerzas que te sacan de un lugar y un momento en donde no debes estar, antes que ocurra un hecho inusitado.

Efectivamente, a la semana siguiente, se armo la escaramuza publica post carnaval, gran banquete para "la caja boba" y la prensa escrita, mientras Rosa María criticaba, dentro de su cosmovisión jurídica, la ineptitud de los serenos y la negligencia policial en la gresca sabatina, en el que volaron algo más que chorros de agua y pintura, Aldo y Beto, esos parcializados "Enemigos Íntimos", con reportajes y entrevistas cada día mas decadentes se encargaban de discrepar en cámaras sobre quien podría tener o no tener razón, "que si el Alcalde, que si los vecinos, que si los serenos, que si los fiesteros", discusiones sin un verdadero trasfondo y un sostén que apoye cada postura, pues ninguno estuvo ahí, y emiten juicios de valor "tirando de la cuerda" cada quien para su lado, eso no es periodismo serio, al menos para mí, que he aprendido a no creerle a la prensa sensacionalista, por razones que no son propias de este informal texto. Pero qué más da, solo nos queda escuchar, ver y leer eso, pues es nuestra comidilla de información que día a día nos distorsiona la realidad de los hechos, pero así es y será.

Algunos días después me reuní con dos viejos amigos míos, Silvana, quien no veía hace aproximadamente un año y Tanús, amigo cercano, juicioso Blogger y verdugo implacable de la moda social, conversábamos los tres de temas varios, desde el contexto político pre campaña, pasando por la vida lujuriosa de nuestros amigos y compañeros del colegio, hasta el mal uso de la palabra "Bizarro" y es así que, en este caldo de premisas nuevamente salió a la luz el tema del carnaval y los tres indiscutiblemente llegamos a una sola conclusión "Si lo hacen en la puerta de mi casa, simplemente mueren", conclusión a la que cualquier mortal pensante hubiera llegado, incluso los propios participantes del "Mini Rio De Janeiro", que en el furor de la celebración no pensaron si quiera que la calle es de todos, no solo de ellos...y mía tampoco...

Quizá Jackson Pollock se hubiera sentido en catarsis viendo la pintura finalmente en acción; yo por mi parte solo quiero que salga la pintura multicolor de los mojados cerebros del que no respeta esa vieja premisa legal que dice "Mis derechos terminan cuando comienzan los de los demás", esa es la esencia de la verdadera libertad. Chau Triangulito, chau carnaval.

2 comentarios:

2litros dijo...

Buen post Giorgio, un post diferente al que me tienes acostumbrado. Un vistazo distinto e imparcial de esa celebración que se desarrolló sin autorización alguna y lo único que logró, aparte de la efímera felicidad de los asistentes, fue convertir la calle en una letrina. Debo mencionar también,que la represión de la policía no fue la adecuada. De la infinidad de formas de controlar a una multitud alcoholizada y molesta usaron la última de la lista. No se puede responder a insultos y chorros de agua con bombas lacrimógenas.
Te recomendaría que vuelvas al estilo que más desarrollado tienes, no tan informal, en mi opinión te va mejor como crítico o analista, que como narrador. Nuevamente buen post.

Coki dijo...

Cachita, para comenzar alabo tu primoroso léxico. He leído varios posts tuyos y encuentro, en más de una ocasión, un lenguaje propicio, sin abusos ni exageraciones, lo que te convierte en un escritor con mucho futuro y talento. También me he dado cuenta que es el primer post familiarizado con "la narración", lo cual también amerita aplausos. Sin embargo (seguro tu también te habrás dado cuenta) tu post arranca bien (buen inicio) pero poco a poco baja la intensidad. Al comienzo, tienes una postura dudosa, te intriga la situación, pero a la vez no te sientes a gusto del todo. Pasa la acción del carnaval y el personaje que construyes no evoluciona, sigue muy plano e incluso pierde la emoción que adquirió al encontrarse con los 4 extraños. (Ese párrafo me pareció excelente)... porque construyes actores secundarios (interesantes) que se convierten en los santos auxiliadores de tu conflicto "estoy perdido y solo en barranco" ¿por qué? "por mi impuntualidad" (buen drama). Aparentemente tu objetivo hasta ese momento era llegar al carnaval, pero cuando esto sucede cuentas tu "verdadera" aventura o plot prácticamente en tres líneas. (se pierde el climax). Lo arriesgado hubiese sido que cuentes alguna anécdota peculiar y similar a la de los 4 extraños estando ya en el carnaval. Que generes más conflictos, que pintes el ambiente festín con algo de ficción, que tu personaje se contagie con el carnaval y que aquel día se convierta en un día para recordar. Es más, no hay necesidad de incluir lo que pasó luego, eso déjalo para el próximo post (más crítico o analítico tal vez). Como este es un cuento, haz que tu personaje logre su objetivo, llegar y vivir por primera vez "el carnaval".